Trastornos emocionales

 

Normalmente relacionamos la depresión, la ansiedad y los desequilibrios emocionales a los adultos o adolescentes, pero en la infancia también pueden presentarse estos trastornos.

 

Los síntomas fundamentales son: llanto fácil, tristeza, hipersensibilidad, cambios en el estado de ánimo, malhumor, irritabilidad y dificultad para ser complacidos, estar ausente y distraído; así como sentimientos de inutilidad, incapacidad e incluso deseos de muerte.

 

Las consecuencias más observables son las alteraciones en la alimentación y el sueño, el bajo rendimiento escolar, pérdida de la energía habitual, dificultades en las relaciones con la familia y el resto de niños y quejas somáticas (dolores de cabeza, abdominales…).